Si bien es cierto que Joseph Henry trabajó sin conocimiento sobre los descubrimientos de Michael Faraday, está claro que los pasos del Relé son igual de sólidos en la industria de la telecomunicación de siglos pasados. El relé no es más que un interruptor o switch que funciona gracias a un electroimán conformado por un núcleo que se le denomina barra de hierro dulce a la que la recubre una bobina de hilo de cobre. Al pasar corriente eléctrica por la bobina el núcleo se convierte en un imán, y al cortar el paso este de serlo. Bajo este principio se estableció una generación que revolucionó el campo de la telegrafía.

Los relevadores de la telegrafía

releUno de los usos más importantes que se le dio al relé fue en la telegrafía y en la radiotelegrafía, pues estos simples dispositivos funcionaban amplificador eléctrico ya que a pesar de que no funcionaban en el sistema de entrada de los sistemas de comunicación de este tipo, si lo hacían efectivamente en los sistemas de salida. Entonces, los sistemas de salida estaban alimentados por estos controles de energía que acumulaban la corriente hasta un determinado punto para que ese mismo impulso hiciera una “carrera de relevos”. Efectivo para que el mensaje no se perdiera en una larga distancia, sino que más bien perdurara a largas distancias.

Los relés permiten que las señales por muy débiles que sean en el torrente por el que se envían se mantengan sólidas.

Más adelante se perfeccionaron para establecer tiempos de llegada de sus funciones. Se les llamaría relés con retardo a la conexión que permiten un mayor control en la conexión y desconexión del sistema que estén complementando.

Los relés hoy en día son parte esencial de un principio que rige la industria automotriz y de los automatismos, al mismo tiempo son capaces de activar enormes máquinas que consumen gigantescas cantidades de corriente.

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